un viaje a través de la historia y la cultura

«Tras las Huellas del Arte: Marco Ferrari, un Italiano en la Ciudad Colonial“

En una caminata de las que hago frecuentemente por Ciudad Colonial, me encontré con mi buen amigo Marco Ferrari, quien recientemente estaba abriendo las puertas de su estudio en la calle Isabel la Católica 110.

Para mi fue una muy grata sorpresa pues conocía a Marco, desde cuando tenía su famosa heladería en la calle Portes, que por cierto el presidente del momento era uno de sus mejores clientes. Justo hace casi 3 años nos reencontramos en el proyecto “Ciudad Colonial Trascendental”, donde llenó de arte la Quinta Dominica, con sus sanguinas (El estilo de pintura normalmente utilizaban los renacentistas) y la verdad que trabajar en equipo fue una experiencia muy gratificante.

Ferrari nació en un pequeño pueblo de Toscana, Italia. Desde muy joven, mostró un talento natural para el arte. A los 11 años, vendió su primera pintura, que era el retrato de un niño soplando un fósforo; el mismo fue vendido en 3 dólares.

Por cierto, muy lejano de lo que es ser un artista… Marco, estudió química y informática en la Universidad de Pisa; pero su pasión por las artes, siempre lo llevó a pintar en su tiempo libre. En un momento determinado la vida en Italia, se había hecho muy hostil, había un cambio generacional y en ese momento decide irse a probar suerte en las Islas Canarias, específicamente en Tenerife; allí aprende el español pero con el tiempo él aprecia que estaba viviendo en un lugar que era como un gran hotel, donde no se sentía el calor de la gente y sus amigos le dieron la sugerencia de viajar a Cuba y que probara; hizo varios viajes, hasta que conoce a quien se convertiría en su esposa; una hermosa mujer cubana y se muda.

A partir del año 1993, ya radicado en Cuba, empezó a trabajar como químico de alimentos, llegando a crear más de 40 pequeñas heladerías, pero su verdadera pasión seguía siendo las artes plásticas. Tras 10 años de estancia, se da cuenta que no era tan fácil hacer negocios en esta isla caribeña y en el 2001 toma la decisión de mudarse a Santo Domingo.

Ya en nuestro país, se da cuenta de que nuestra economía es bien dinámica, pero sobre todo lo bien acogido que se sintió en esta tierra. Inicia un nuevo negocio de heladería en Ciudad Colonial y todo iba muy bien, hasta que cerraron las calles debido a las remodelaciones del 2012. Sigue trabajando como consultor en el área de alimentos de grandes restaurantes. Hasta llegar al punto de crear su propio estudio de pintura y dedicarse cien por ciento a este.

Su experiencia pintando en República Dominicana, no ha sido fácil. Pero Ferrari, con la calma y paciencia que le caracteriza ha ido poco a poco llevando su arte a personas que con tan solo ver sus obras, reconocen su talento y de inmediato se convierten en fieles seguidores.

Vitralista sumamente experto, sus muchas creaciones son casi todos retratos, aunque también hace paisaje o naturaleza muerta. Todo lo que pinta es realista y expresivo, y captura la esencia de sus protagonistas.

Comparando los países, en Italia el arte va en todo, en Dominicana hay muy buenos artistas pero no es tan fácil de encontrarlo en todos los lugares y por eso hace sentido su escuela-taller en el Casco Histórico, un lugar que se caracteriza precisamente por la belleza de sus antiguos edificios.

Al llegar al estudio, se respira creatividad y cada vez que uno lo visita, se encuentra una nueva pintura que supera a todas las anteriores conocidas, por cierto una de sus alumnas más aventajadas Claudia Noy, tiene 6 meses de experiencia, luego de haber tomado un taller vitrales con Marco y al día de hoy es sorprendente su avance y hasta cuadros ya ha vendido.

Entre sus próximos planes, literalmente dice “seguir creando”. Quizás una exposición y hasta crear una galería de arte en su actual estudio, pero como siempre lo ha hecho en el trayecto de su vida, moviéndose paso a paso. Su sueño es que los dominicanos estemos abiertos a las artes, abrir más la mentalidad porque normalmente nos centramos en cubrir las necesidades básicas, pero el arte también es parte de la vida y muy importante.

El arte de Marco Ferrari es único y expresivo, y captura la esencia de la humanidad.


El valor de las pinturas varía según su tamaño y las condiciones de entrega. Por ello, es importante ponerse en contacto con nosotros para obtener un presupuesto personalizado.

Contacto:
Marco Ferrari
(809) 767-6358
marcoferraricuba@gmail.com
Instagram: @mi_pintura_

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